Conversaciones con Neto Rivas

INTERNET, EL FIN DE LA IGNORANCIA, PRINCIPIO DE PERVERSIDAD

Ernesto Rivas Gallont



Ese es nuestro desafío; acelerar el proceso y modular su evolución de suerte que pueda conducir al surgimiento de una democracia verdadera y funcional. Esto es inevitable, pero debemos asegurarnos, por todos los medios posibles, que este medio de promoción de la democracia, se desarrolle de suerte que garantice un mercado de ideas abierto y en plena libertad, como una auténtica democracia lo demanda.

Así como no se puede atribuir la invención de la imprenta a Johannes Gutenberg, (él perfeccionó la imprenta, cuando inventó los de tipos móviles) tampoco podemos atribuir la invención de la Internet al ex vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, quien, en un desafortunado momento, mientras ejercía su elevado cargo, afirmó que él había participado en la invención de tan innovador medio, comparable solamente a la imprenta de Gutenberg.

En una entrevista en CNN en marzo de 1999, Gore dijo textualmente: “Durante mi servicio en el Congreso de Estados Unidos, tomé la iniciativa de crear la Internet”. Si bien la infortunada declaración del vicepresidente fue motivo de bromas y chistes de toda clase, hay que darle al Cesar lo que es del Cesar y aceptar que Al Gore fue el primer dirigente político en reconocer la importancia de la Internet, promover y apoyar su desarrollo, sobre todo para fines educacionales y científicos.

Así como hace quinientos años, la imprenta condujo al aparecimiento de insospechadas posibilidades para el desarrollo social y político de las naciones y el surgimiento de la radioemisión reconformó esas opciones a partir del primer cuarto del siglo XX, la Internet nos ofrece, desde mediados de la década de los años 50, nuevas posibilidades para apoyar la instauración de sistemas de gobiernos viables en una escala más importante que cualquier otro medio.

De hecho, la Internet ha venido a facilitar la comunicación entre personas y entidades, de una forma nunca antes soñada. La interacción que Internet permite, ofrece mayores y mejores probabilidades para que medios y gobiernos escuchen a los ciudadanos. Algo que, por ahora, aun no ha permeado en toda su plenitud en nuestro país.

Una importante distinción que hay que hacer, es que la Internet no es simplemente otra plataforma para diseminar opiniones. Es una plataforma ideal para el razonamiento basado en la verdad. Para la expresión de opiniones y propuestas sin restricción alguna, que es hoy reconocida casi universalmente y escuchada por gobernantes y gobernados.

Internet es infinito. No tiene límite alguno para la investigación de cualquier tema, por arcano que sea. Basta conocer un poco su manejo, para que un individuo pueda investigar sobre lo que sea y enriquecer su conocimiento sobre cualquier materia. Las enciclopedias y diccionarios impresos por ejemplo, han caído en desuso, porque Internet ofrece más recursos para investigación, que una enciclopedia jamás soñó; o más alternativas en el caso de los diccionarios.

El surgimiento del “Blog”, el medio más nuevo de interacción, ha venido a evolucionar la forma en que nos comunicamos. De hecho, el poder expresar y escuchar opiniones sobre cualquier tema, sin restricciones de ninguna clase, está cambiando nuestra forma de pensar y de actuar. Los Blogs, ante todo, exigen estar sincronizados en tiempo real con el mundo exterior, tienen la ventaja de ofrecer enlaces con cualquier persona, tema, ideas o lo que sea, del texto que ofrecen. Siempre trabajan en red global, amplían horizontes y sólo tienen sentido si aportan informaciones y comentarios nuevos, sin fronteras ni limitaciones de ninguna especie, más que las que su administrador les quiera imponer.

La importancia del Blog como arma política, se ha evidenciado en la campaña presidencial que actualmente tiene lugar en Estados Unidos. Todos los aspirantes a la nominación como candidato o candidata de su partido, se valen de sus propios Blogs, para difundir su pensamiento y plataformas para promover sus candidaturas y recibir retroalimentación de los votantes. Es un arma de valor incalculable para moldear sus campañas.

Hablo con conocimiento de causa. Durante cerca de un año he venido publicando un Blog, seis días por semana. Mi audiencia la conforma un grupo importante de lectores en el país y en el mundo, quienes con regularidad ofrecen su propia opinión sobre los temas del día. También cuento con lectores casuales, nacionales y otros de países recónditos, que con frecuencia nos hacen llegar comentarios y opiniones

Esa experiencia tiene, para mí, un valor inestimable. Me sirve para escuchar a personas inteligentes, casi todas, y bien intencionadas. Como la gran mayoría son salvadoreños de ambos sexos, ellos y ellas han encontrado en mi plataforma un medio para hacer sentir su opinión sobre temas importantes para el desarrollo de la nación. Invariablemente, esos criterios me ayudan a estructurar mis espacios en la prensa y en el mismo Blog y vienen a enriquecer mi entendimiento.

Pero tan importante como pregonar sus bendiciones, es reconocer .los problemas y abusos que pueden resultar del mal o perverso uso de la Internet. Es difícil imaginarse una inmoralidad o vicio que no se manifieste abundante y maliciosamente en la Red.

Existen abundantes sitios, desde la más cruda pornografía, pasando por toda una gama de perversidad inimaginable, hasta terrorismo, que son demasiado fáciles de acceder. Solo basta un par de pulsaciones sobre el teclado de una computadora, para conocer lo peor de la humanidad en su más siniestra expresión.

Y nuestra juventud está expuesta a ello constantemente. De allí puede surgir más violencia y métodos “mejorados” para su realización. Los padres, profesores y guardianes de esa juventud, tenemos una obligación ineluctable de vigilar y moderar el uso de la Red por parte de sus hijos u otros bajo su custodia. ¿Y qué sucede con los padres irresponsables? El problema, en esos casos, se magnifica exponencialmente a costa del deterioro moral de la juventud y su efecto adverso en la sociedad moderna.

Internet, como cualquier herramienta puesta a disposición de la humanidad, puede ser, y es, útil para propósitos buenos, tanto como perniciosos. Y es nuestra responsabilidad hacer decisiones inteligentes sobre cómo y para qué utilizaremos este instrumento increíblemente poderoso.

El vertiginoso crecimiento de la importancia de Internet en los mercados de consumo de bienes y servicios y la rápida adopción del medio para promocionar estrategias empresariales, implica claramente que es solo cuestión de tiempo antes que la Internet juegue un papel más importante en la promoción de la democracia.

Ese es nuestro desafío; acelerar el proceso y modular su evolución de suerte que pueda conducir al surgimiento de una democracia verdadera y funcional. Esto es inevitable, pero debemos asegurarnos, por todos los medios posibles, que este medio de promoción de la democracia, se desarrolle de suerte que garantice un mercado de ideas abierto y en plena libertad, como una auténtica democracia lo demanda.

Debería ser como transcribe mi amigo el Dr. Ricardo Suárez Arana en las conclusiones de una recopilación de artículos del Dr. Mario Bunge, “El humanismo afronta la revolución informática”: “Pero, debido a la ambivalencia de la tecnología -en contraste con la neutralidad de la ciencia básica- no nos adherimos a las nuevas tecnología sin antes examinar sus consecuencias sociales previsibles, e intentamos prepararnos para sus efectos perversos imprevistos”.

Lecturas sugeridas: “Cómo surge Internet” e “Historia de Internet”


San Salvador, 15 de julio, 2007


Hasta mañana, si Dios quiere.