Conversaciones con Neto Rivas

Mis amigos. Comentario: Zacarías estuvo en El Salvador en los años 80.

¡Buenos días! Hoy es el primer día del resto de mi vida


EL PENSAMIENTO DEL DÍA

“El nacionalismo es una enfermedad infantil. Es el sarampión de la humanidad”.

Albert Einstein (1879-1955) Científico estadounidense de origen alemán.


LA ESQUINA DEL VIERNES DE MIS AMIGOS

Juan J. Walte, de quien ustedes seguramente han leído sus comentarios en este blog, es un salvadoreño, nacionalizado estadounidense, periodista profesional, ya retirado. Conocí a Juan, hace unos 25 años, cuando llegué a Washington y él era corresponsal de UPI. Desde entonces somos amigos. Más tarde trabajó como redactor de noticias internacionales (incluso América Latina) y como miembro de la junta editorial en USA Today, el diario de mayor circulación en Estados Unidos. Al retirarse, Juan se trasladó de Alexandria, Virginia, a Boynton Beach, en el sur de Florida, donde vive hoy, con su esposa, también salvadoreña.

Ayer, fue Juan quien me informó de la trágica muerte del Capitán América y me ofreció contarnos la historia para el deleite de mis amigos en esta página. Aquí está el resultado.

LA MUERTE DEL “CAPITÁN AMÉRICA”

Juan J. Walte

El Capitán América (Captain America) -– símbolo del patriotismo norteamericano y probablemente del mismo Estados Unidos --murió asesinado en una corte de Nueva York. Tenía 66 años de edad.

Y parece que el Capitán América fue asesinado por una mujer, una tal Sharon Carter, amiga y a veces novia de Steve Rogers, el “otro yo” del Capitán América. El Capitán América, al igual que Superman y Batman, nació en una época en que Estados Unidos necesitaba héroes y distracción – durante y poco después de la depresión económica y antes de que Estados Unidos entrara a la Segunda Guerra Mundial.

Y al igual que Superman y Batman, el Capitán América tenia su identidad alterna, un simple humano de carne y hueso que mantenía oculto su estado de superhéroe. Clark Kent era Superman, Bruce Wayne era Batman, y Steve Rogers era el Capitán América.

Sí, todos eran (o son) figures de las tiras cómicas. Pero con el correr de los tiempos se convierten en personas “reales” para su millones de lectores de todas las edades. El que escribe, por ejemplo, tenía más de cien revistas de comicos ("Paquines" les llamábamos entonces) – en español – de Superman, el Llanero Solitario y otros durante su niñez en El Salvador.

El nombre y el uniforme del Capitán América simbolizaban a Estados Unidos, donde “América” significa su país (no el hemisferio Occidental). El Capitán América vestido en traje con los colores blanco, rojo y azul, y se protegía con una escudo con círculos rojos y blancos y una estrella en medio.

En efecto, el Capitán América – que nació en 1941, poco antes de que Estados Unidos entrara a la Segunda Guerra Mundial --simbolizaba el patriotismo estadounidense, su fortaleza y poderío militar y su determinación de combatir sus grandes enemigos. Entre ellos estaban Hitler, el militarismo japonés personificado por Tojo, el comunismo y los peores y más malévolos supervillanos.

Por cierto que para los que gustan de estadísticas, el Capitán América ha aparecido en unas 210 millones de revistas cómicas en 76 países.

Según el periódico The Daily News de Nueva York, “su muerte seguramente provocará una controversia en el mundo de las tiras cómicas . . . y entre los comentaristas políticos que podrán ver la muerte del Capitán América como una alegoría para Estados Unidos.”

Pero antes de que comencemos a derramar lágrimas por el Capitán América y lo que su muerte significa o no para el poderío de Estados Unidos, tenemos que pensar también en aspectos más pragmáticos: ¿Porqué tomó este paso tan dramático y drástico la firma Marvel Comics, editora y por ende dueña de ese superhéroe de las tiras cómicas?

Talvez Joe Gross, crítico de música popular del periódico Austin American- Statesman, tiene razón cuando dice que un personaje de las tiras cómicas muere, permanece muerto o resucita cuando haga sentido económico hacerlo.

Pero aun así, estoy de acuerdo con Gerry Gladstone, co-propietario de una tienda en Manhattan donde venden revistas de tiras cómicas, cuando dijo a la agencia noticiosa Reuters:“Abrigo la esperanza que lo traigan de regreso. Ya me está haciendo falta.”

Boynton Beach, 8 de marzo, 2007


COMENTANDO LA NOTICIA

CONFIRMADO: ZACARÍAS ESTUVO EN EL SALVADOR EN LOS AÑOS 80

Un amigo que estuvo muy cerca del gobierno del Presidente Duarte me confirma que Víctor Rivera, mejor conocido como Zacarías, estuvo en El Salvador dos años a partir de 1984, cuando estaba de alta en la policía nacional de Venezuela. Vino como una colaboración del Presidente Herrera Campins para el gobierno de su amigo Napoleón Duarte.

Zacarías fue instrumental en la solución de varios secuestros y en las capturas (frustradas más tarde) de los secuestradores López Sabrian, Cornejo Arango y Joaquín Zacapa. Cuando concluyó su período aquí, regresó a Caracas. Más tarde, en 1990, Zacarías sería contratado por el gobierno salvadoreño, a través de Hugo Barrera, a la sazón viceministro de seguridad (entonces esa cartera era dependencia de gobernación).


LA PARADOJA DE LA POPULARIDAD DEL PRESIDENTE SALVADOREÑO, O, EL PODER DE LA PUBLICIDAD

El titular de La Prensa Gráfica debió ser “El país anda muy mal, pero su presidente anda bien” y no “Pte. Saca Aprobado por el 57%”.

La noticia, como está redactada, es engañosa, porque oculta la realidad. Solo basta darle una mirada a los detalles de las gráficas publicadas para confirmar lo que todos sabemos. El país anda mal, pero su presidente anda bien, aunque su calificación viene cayendo desde el 74 por ciento, cuando inició su mandato a 57 por ciento hoy, a poco menos de tres años después.

Veamos un poco; la situación del país se ha deteriorado, según los encuestados, del 54 por ciento al inicio al 70.2 por ciento hoy y de aquel 25.1 por ciento que al principio opinaban que las cosas andaban bien, al 12.3 por ciento en la actualidad.

Más pan para tu matate; 68.1 por ciento opinan que el rumbo que lleva actualmente el país es incorrecto y solo el 21 por ciento dicen que vamos bien.

¿Quieren más? Al comienzo, 51 por ciento opinaban que el presidente cumplía, hoy esos números han bajado al 32.1 por ciento, mientras los que opinan que no cumple han aumentado sus rangos del 22.2 al 33.4 por ciento.

Todavía hay más. ¿Cree usted que el Presidente Saca está resolviendo los problemas del país? El 67.1 por ciento dicen que no y solamente el 28.7 por ciento dicen que si.

Y para cerrar con broche de oro, la seguridad sigue siendo el problema más apremiante del país y, aunque por ahí digan que en el último trimestre la violencia ha disminuido, el 69.1 por ciento no cree que Saca esté resolviendo los problemas de seguridad y solo el 27.2 por ciento dicen que sí.

Sin embargo, hay que darle crédito al presidente por su gran capacidad como comunicador y publicista. No hay duda que su estrategia publicitaria le ha rendido beneficios y aquí están los resultados. Él anda muy bien, aunque los demás andemos muy mal.

Como de costumbre, la corrupción no puntea para nada en las encuestas, como que si al pueblo no le importara ver el despilfarro y leer sobre corrupción por todos lados.

Y fíjense que anda tan bien, que la mayor parte de los salvadoreños encuestados creen que Saca debe continuar en el cargo. Lástima que la Constitución no lo deja.

A lo mejor es el síndrome colombiano, porque allá el Presidente Betancourt mantiene niveles altos de aceptación, a pesar de los escándalos políticos.


LA TENUE LÍNEA ENTRE CORRUPCIÓN Y FALLAS ÉTICAS

El Dr. Guillermo Maza, ministro de salud está siendo cuestionado desde la publicación el domingo pasado en la revista Enfoques del excelente reportaje investigativo sobre prácticas profesionales inapropiadas. El ministro usa las clínicas de radiología que son propiedad de él y de su familia, para prestar servicios de tomografías ordenadas por hospitales públicos.

Para encubrir esa práctica, el ministro traspasó sus acciones a una secretaria que trabaja con él. Ayer, el Dr. Guillermo Mata Benett, ex presidente del Colegio Médico y ex candidato a la vicepresidencia de la República por el FMLN, presentó una denuncia ante el nuevo Tribunal de Ética Gubernamental para que inicie una investigación sobre el caso del ministro de Salud, puesto lo que ha hecho el funcionario, según Mata Benett, es una “grave violación a principios éticos, deberes éticos y prohibiciones éticas en el desempeño de su cargo”.

Mata Benett también pidió al Tribunal que recomiende al presidente de la República que destituya al funcionario.

Esta es la primera denuncia de importancia que recibe el Tribunal de Ética y encaja perfectamente dentro del marco de su ley constitutiva. Corresponderá al Tribunal decidir si la denuncia procede o si la declara sin lugar. Pone en prueba su apoliticismo.

Veamos que ha ocurrido aquí. Lo de Maza, parece ser corrupción dentro del estricto sentido de la palabra. (DRAE: “En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores”. Énfasis mío).

Pero, aunque si a alguien se le ocurriera salir con otra definición antojadiza, porque la Ley de Ética Gubernamental no define el término “corrupción”, es más que evidente que lo que ha hecho el ministro es una falta ética de gran dimensión, que no puede ser ignorada.

Para mí el caso reviste una importancia personal significativa, que me causa pena. Aunque no conozco bien al ministro, conozco muy bien a su familia, con quien nos unen lazos de cercano parentesco, y a todos los respeto y aprecio por sus características y cualidades de gente tradicionalmente buena, trabajadora y honrada. Aunque solo sea por ello, debo de lamentar lo ocurrido, pero no por ello lo condono. Creo que ha sido un error del ministro, provocado no porque sucumbió a una tentación, sino porque casos similares se dan con demasiada frecuencia en este país, inundado por la corrupción y permisividad y seguramente lo “consideró normal”.


AUTORIDADES SALVADOREÑAS CRITICAN LA REVELACIÓN DE INFORMACIÓN POR PARTE DEL FISCAL GUATEMALTECO

Ayer, en conferencia de prensa, autoridades salvadoreñas criticaron a las guatemaltecas por haber difundido las nuevas evidencias que se tienen para esclarecer el asesinato de los tres parlamentarios y el agente del PPI que los acompañaba como chofer-seguridad, según lo informó Colatino ayer por la tarde.

Me da la impresión que la actitud salvadoreña, además de estar reñida con nuestro derecho de estar informados, esconde algún temor de que toda la verdad sea descubierta, a pesar de que, con insistencia, ellos han dicho que llegarán hasta el fondo del problema, esté quién esté involucrado.


GUATEMALA; EL PRESIDENTE DICE UNA COSA Y SU VICE, OTRA

El vicepresidente de la República en Guatemala, Eduardo Stein, objeta el informe del Departamento de Estado norteamericano sobre la situación de los derechos humanos en su país. Haciendo gala de su desconocimiento sobre cómo funciona el gobierno de Estados Unidos, el vice dice que no sabe si el informe, “responde a una temperatura política específica de la legislatura norteamericana, ahora en manos del Partido Demócrata”. El informe es un reporte anual del Departamento de Estado, de un gobierno afín a la ideología política del suyo, sobre la situación de los derechos humanos alrededor del mundo y el Congreso no tiene absolutamente nada que ver en su elaboración ni difusión.

Pero, lo que más llama la atención de las declaraciones de Stein es que un día antes, el Presidente Berger había dicho que se sentía “avergonzado”, por el informe. ¿Qué es que no se hablan el mandatario y su segundo? O sencillamente no se dio cuenta de lo que su jefe había dicho.


Lea el domingo aquí y en La Prensa Gráfica mi columna semanal, esta vez la he llamado “Ética, mi vecina”.


Hasta el domingo, si Dios quiere