Conversaciones con Neto Rivas

Esquina de amigos. Robert White visita El Salvador.


¡Buenos días! Hoy es el primer día del resto de mi vida

EL PENSAMIENTO DEL DÍA

"La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito".

Ralph Waldo Emerson (1803-1882) Autor, poeta y filósofo norteamericano



LA ESQUINA DEL VIERNES DE MIS AMIGOS


Esta es la segunda entrega de un trabajo de nuestro amigo Manuel Elías, que, para la ocasión ha adoptado el seudónimo Domingo Urbano. En homenaje a Juan RulfoEL REGRESO DE PEDRO PÁRAMOPor Domingo Urbano

(Segunda parte)


El REGRESO DE PEDRO PÁRAMO

El Tilcuate esta allí frente a Pedro Páramo. En la plaza de la hacienda, el polvo levantado por los 30 caballos de los hombres del Tilcuate, habían cubierto la entrada de la casona.-"Patroncito, Patroncito…oí rumores que usted estaba enfermo y por eso vine a cuidar lo que otros no pueden cuidar" –El Tilcuate, cada vez que hablaba se le encendían los ojos como brazas y se le hinchaban los cachetes de indio. Después se pasaba la mano sobre el ralo bigote sobándolo muy despacio.

"No se porqué se te encienden tantos tus ojos Tilcuate, me gusta decirte mejor: "Tilcuache", suena más bonito, ¿no te parece?...

"El tal Tilcuate llevaba en vez de agua en su cantimplora, una buena cantidad de Mezcal y que la bebía a cada rato frente a Pedro su patrón. Por eso sus ojos se encendían como brazas que a sus mismos compañeros les daba miedo cuando este los miraba y les daba alguna orden. Así era el tal Tilcuate, hombre de confianza de Pedro Páramo, quien lo substrajo de un grupo revolucionario que se había quedado abandonado y sin jefes y sin esperanza por volver a la vida normal allá en las tierras baldías donde no se cultivaba nada y los días pasaban entre cielos grises de tristeza y silencio y de calores infernales. Allí, entre matorrales había vivido el Tilcuate hasta que Pedro Páramo lo sacó de esas tierras que para muchos revolucionarios sólo servían para el descanso temporal de aquellas bestias ya sin crines y cascos gastados. Eran bestias cansadas, apenas podían caminar por aquellos senderos de polvo y piedra donde las lagartijas salían a tomar el poquito aire que por allí pasaba, pues el sol siempre estaba oculto tras aquellas nubes casi negras, que no dejaban pasar un rayito para calentar aquellas lagartijas extendidas sobre las piedras.

Los ojos colorados del Tilcuate, encendidos como brazas, miraban a Pedro Páramo de frente y sin "pispileo" y su mano derecha puesta sobre el pistolón y las piernas abiertas, denotaban del indio revolucionario, un hombre preparado para la acción militar o para castigar a cualquiera que se pusiera en contra de su patrón Pedro Páramo. Quien también es mi patrón. Siendo yo el Mayordomo de La Media Luna, no podría olvidar este detalle sobre El Tilcuate, quien se aparece por las noches con sus hombres alrededor de la plaza del casco de la hacienda, donde los murmullos se han comenzado a oír nuevamente. Los quejidos de los muertos de Comala se vienen con el viento caliente que llega como un suspiro de mujer enamorada desde una de las casas de la Comala abandonada."

Fulgor Sedano escuchaba ese suspiro con atención, pensando que podía ser el sentimiento de Susana San Juan guardado tanto tiempo en la tumba que le construyó el gran patrón o patroncito, como decía El Tilcuate. Susana San Juan, en su locura, nunca dejó d suspirar y nunca se quejó después de muerta.

"La soledad en Comala se acrecentaba a medida que iba cayendo la tarde. Las palomas pasaban en vuelo raso ante aquel azul del cielo donde Pedro clavaba la vista como la de un niño queriendo encumbrar su piscucha. No había seres vivientes y de las casas sin puertas ni ventanas, sólo se escuchaban rumores como de quejidos de almas en penas. Un caballo solitario, sin jinete y relinchando, era lo único que se veía venir por la calle de La Media Luna, La gran soledad cubría de pies a cabeza a Pedro Páramo. Hasta el Tilcuate lo había abandonado, suponiendo que su patroncito ya estaba loco, pues no hablaba con nadie y lo único que se le alcazaba a oír de su boca, era un no como ronquido, como cuando alguien se quiere dormir para seguir soñando con la mujer de sus ilusiones, pero el relincho del caballo no le permitía cerrar los ojos del todo…- Entonces yo le dije a Pedro Páramo: anímese señor, yo, como su mayordomo estaré con usted hasta la muerte y no como ese tal por cual llamado el Tilcuate a quien el gobierno le entregó grandes tierras en tiempos de la reforma agraria y él no quiso cultivarlas aduciendo que, "Para qué queremos estas tierras secas, desoladas, donde ya no llueve y donde el arado sólo tropieza con piedras y con animales muertos que no sirven para abono. Cómo las vamos a trabajar, no basta que nos den la tierra, se necesita construir un gran canal a manera de río para usarlo como regadío y no tenemos el dinero para invertirlo en esa obra…"

Mientras Fulgor Sedano pronunciaba estas palabras, a lo lejos se escuchaban las notas de un corrido popular del grupo "Los Tigres del Norte".En el cielo estallaban los cohetes de vara que un cipote lanzaba.

Próxima semana, 30 años después



COMENTANDO LA NOTICIA


ROBERT WHITE EN EL SALVADOR

Se encuentra en el país el embajador de Estados Unidos en El Salvador, durante un año a partir de marzo de 1980. No me cabe la menor duda que White ha sido el embajador norteamericano más controversial en la historia de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Antes de venir a El Salvador, White sirvió como embajador en Paraguay, donde poco faltó para que el Presidente Alfredo Strossner lo declarara non-grato por su franca dedicación a la protección de los derechos humanos, política impulsada, como eje central de la administración del Presidente Jimmy Carter. Esa característica le valió su nombramiento en El Salvador, país en el que Carter había fijado su atención por las violaciones a los derechos humanos que se daban entonces.

A partir de su llegada al país, la agenda del nuevo embajador tenía un claro propósito, estimular el desarrollo de un centro político y disuadir los abusos de los derechos humanos en lo momentos más álgidos por los que el país atravesaba. Eso le ganó la reputación, acertada o no, de estar abiertamente a favor de las fuerzas subversivas que pasaban por sus momentos de mayor rebeldía.

La política oficial de Washington era de abierta oposición a la izquierdea; a pesar de ello, White fue, a la vez, muy crítico de la derecha salvadoreña. En su interpretación, la derecha en el país constituía el mayor obstáculo para el surgimiento de un gobierno centrista y para un control efectivo de los cuerpos de seguridad de entonces. Esto lo manifestaba públicamente el embajador, especialmente en sus frecuentes reuniones con grupos de derecha, lo que explica el rechazo tan marcado que logró, el cual pronto resultó en un odio profundo en su contra.

White estaba en el país cuando ocurrieron dos hechos de gran significado en la historia del país. El asesinato del Arzobispo Romero el 24 de marzo de 1980 y la violación y asesinato de cuatro religiosas norteamericanas el 2 de diciembre de ese año, a quienes White conocía personalmente. El segundo de estos eventos tuvo un impacto para el embajador, muy profundo. Le tocó a él presenciar la exhumación de los cuatro cadáveres de sus compatriotas y los exámenes forenses que determinaron las causas de los fallecimientos.

Un mes antes de los asesinatos de las cuatro mujeres, el 4 de noviembre de 1980, Ronald Reagan había sido electo presidente de Estados Unidos. Esta elección causó un cambio dramático en los eventos. La política norteamericana en El Salvador, resultó en controversias profundas con la de la administración Carter. La elección de Reagan fue recibida por la derecha en El Salvador con regocijo y celebrada de acuerdo a ello.

Pocos días después de la toma de posesión de Reagan, Alexander Haig, Secretario de Estado, trasladó a White de su cargo de embajador al de un simple funcionario del servicio exterior, compartiendo la oficina con otros funcionarios del período de Carter en el sótano del edificio del departamento de Estado.

Tuve la oportunidad de escuchar el discurso de despedida de White en el Hotel Camino Real de San Salvador. En sus piernas White tenía un chaleco contra balas de alto calibre. Sus palabras, muy duras y llenas de aversión, hacen palidecer las del Embajador Barclay, con la diferencia que aquellas fueron poco o nada comentadas. Su retiro del país fue tan festejado como había sido la elección de Reagan.

Desde que dejó el servicio exterior, hasta la fecha, White se ha dedicado a continuar su severa crítica a El Salvador y todo lo que representa, desde nuevos púlpitos, como presidente del Center for International Policy (Centro para Política Internacional) de Washington. Con frecuencia ofrece testimonio ante diversos comités del Congreso norteamericano, en los que invariablemente, repite el mismo discurso de sus años en El Salvador.

Acogido con entusiasmo por grupos de izquierda en Estados Unidos y donde vaya, no me queda duda que durante los días que se encuentre en el país, recibirá la misma recepción por grupos análogos en El Salvador y el mismo rechazo de siempre desde la derecha.

White se encuentra en El Salvador, para participar en un foro en la UCA, en el que le corresponderá analizar, con otros, el tema "El Salvador 15 años después".


BLOG DEL FRENTE

Anteayer éramos “nido de comunistas”, desde ayer somos “Blog del Frente”. Me imagino que por la simpleza del mensaje y su laconismo se trata de la misma persona. Por lo menos tenemos un lector más, aunque si esta persona leyera a nivel de 6º grado, se daría cuenta que aquí no hay ni comunistas ni del Frente, que para el caso es lo mismo.

¿Qué dirá de Guatemala esta persona cuando se entere del convenio entre Cuba y Guatemala de colaboración científica firmado ayer que establece el intercambio de información y experiencias en agricultura e investigación de los recursos naturales y biotecnología? Seguramente acusará a Berger de vendepatria.

Lea el domingo en esta página y en mi espacio en La Prensa Gráfica, mi columna “Las elecciones de 1982”. Este es un recuerdo de esas trascendentales elecciones, vistas desde Washington.


Hasta el domingo, si Dios quiere.