jueves, septiembre 28, 2006

Buenos días! Todo el día debería ser un amanecer en El Salvador.

EL PENSAMIENTO DEL DIA

Estas tardes neutras… tan pobres de color y tan ricas de melancolía. Una mesita intima, una tasita de café, un poco de amor y otro poco de divagación: he aquí todo lo que se necesita para que la vida vuele o se arrastre por la pertinaz modorra de estas siestas sin sol.

- Yo
- Llover
- Lloverte

(De las semillas de pequeños poemas y pensamientos que guarda en su gaveta mi sobrina Beatriz aka Bibi)

LA ESQUINA DE RECUERDOS DEL JUEVES

Le pedía a varios amigos y amigas, todos de suficiente edad como para recordar épocas mejores en nuestras ciudades, que abrieran sus baúles de los recuerdos y que compartieran con mis lectores y con migo, algunas de sus reminiscencias. La primera en responder fue mi buena amiga, gran dama tecleña de noble cuna, Violeta Dubois Guirola de Parker, quien nos cuenta que:

“Salimos de San Pedro, Los Ángeles, California, en el barco Celina, de la línea Tristina, el día 20 de diciembre de 1933. Después de varios días de navegar, el 1 de enero de 1934, mi hermana, mi hermano y yo, muy temprano en la mañana, vimos desde cubierta, una línea café. Inmediatamente pensamos que era tierra y corrimos felices donde mamá (la bien recordada ilustre dama tecleña, doña Conchita Guirola de Dubois), gritándole ‘¡mamá, mamá, ya llegamos’.

A media mañana, el barco se acercó a tierra y ancló a cierta distancia. Al poco rato llegó un lanchón con unos individuos que subieron abordo. El capitán los saludó y los hizo pasar a su oficina. Al salir bajaron a su lancha.

Mamá ya tenía todo en los baúles y a nosotros nos dijo: ‘Recojan sus juguetes y vayan a traer a Olimpic’, nuestro perrito faldero, de raza desconocida, que viajaba con nosotros y que, a pesar de ser feito, lo queríamos mucho.

Todos, subidos en una canasta redonda, bajamos a la lancha, la que se dirigió hacia el muelle de La Libertad. Allí, en otra canasta, una grúa nos subió al muelle, donde nos esperaban Violeta Guirola, hermana de mi mamá, una prima con su esposo y varias personas más. Por supuesto, hubo besos, abrazos, lágrimas, alegría y cariño. A mi tía, le gustaba manejar (en ese tiempo era la única mujer que manejaba en El Salvador). Subimos a su carro con nuestro perrito y ella nos dijo: ‘no dejen que se suba ese chucho aguacatero’. Nosotros, muy resolutas le dijimos que si no iba Olimpic, que no íbamos nosotros.

La carretera era de tierra y muy mala; así es que tardamos mucho en llegar a San Salvador. En el hotel (realmente era pensión) donde nos instalamos, los cuartos eran muy grandes y las camas eran unas tijeras de lona. Estuvimos poco tiempo, hasta que mamá consiguió una casa en Santa Tecla y retiramos los muebles de la aduana.

Mamá alquiló la mitad de la casa, que era propiedad de don Carlos y María Morales; quedaba en la 4ª Calle Oriente y, frente a nosotros vivía doña María Morales de Harrison, contiguo a las niñas Alcaine de un lado y del otro el Colegio Santa Inés.

Al estar ya instalada, mamá se dedicó a mi hermana y a mí; habló con Sor María de la Cruz y nos matriculó en el Instituto Bethania, donde iba también mi prima Dorita, cuya madre, tía Emilita Guirola quería mucho al colegio. Juntas fuimos a comprar útiles, utensilios y un camisón de tela para bañarnos, como lo exigían las monjas. Los libros los compramos en la librería Caminos. Fueron años muy felices, en nuestra bella Santa Tecla”.

Muchas gracias, mi querida amiga.

COMENTANDO LA NOTICIA

Voy a proponer que hagamos un monumento a la Cuenta del Milenio, porque ha sido gracias a las exigencias que imponen las condiciones para hacernos merecedores del generoso donativo que se aproxima, es que, por fin, en el país se está haciendo algo para atacar de frente a la corrupción. Una de esas condiciones, es satisfacer a Estados Unidos, que estamos “haciendo progreso sostenido” en el combate a la corrupción. Y como los fondos se desembolsan en un período de cinco años, el seguimiento de las condiciones es constante. De no haber progreso, los desembolsos serían suspendidos.

Como siempre, aqui si no nos empujan los gringos, no caminamos.

El sonado caso del diputado suplente, hoy multi millonario, Roberto Carlos Silva, sigue acaparando maderas y titulares en la prensa diaria. Y qué es de menos. El caso es, a la fecha, el más voluminoso, pero simple en los detalles. También es presumible, que se ha dado con el principio de la madeja, que puede conducir al fondo del grave problema, el cual, seguramente, tiene ramificaciones muy profundas. Los salvadoreños estaremos muy pendientes de lo que siga, con los dedos cruzados, rogando que los que tomen las decisiones tengan la entereza moral de no dejarse intimidar por los nombres o influencia de personajes que puedan resultar involucrados, no importa en qué partido político militen.

Muchos en El Salvador, estamos convencidos que la corrupción esta muy extendida en todo el ambiente nacional. Hasta ahora, la población ha tolerado el fenómeno y éste no forma parte alguna en la percepción de los salvadoreños sobre los problemas que más afectan a la población. Si solo comprendieran que la corrupción socava el desarrollo económico y esto afecta a todos en el país, talvez comenzaríamos a mostrar preocupación, lo que debería tener un impacto en la conducta de los que diseñan el desarrollo político-social-económico de la nación.

Es decir, hasta ahora, “el sistema” ha obligado a que el salvadoreño sea más permisivo y tolerante, a costa de la fibra moral del pueblo.

¿Cuáles son las estructuras y los mecanismos de la corrupción en nuestra sociedad? ¿Por qué está la corrupción tan generalizada y es tan difícil de combatir? Varias organizaciones internacionales, predominantemente, los bancos de desarrollo, como el Mundial,el BID y el FMI, insisten con fuerza, que la corrupción es un impedimento de importancia para la democracia y el desarrollo económico. Condicionan los préstamos al igual que la Cuenta de Milenio, al establecimiento de serios programas para combatir la corrupción.

La corrupción es mitigable, pero se requiere el esfuerzo concentrado de las autoridades y de los que usufructúan de la corrupción para detenerla. La corrupción, repito, invade todas nuestras vidas, y va desde la evasión del pago de pequeñas sumas del IVA, pasando por la apropiación de fondos del erario nacional, hasta lavado de dinero y tráfico de drogas, como los que estamos viendo en estos momentos.

¡Todos juntos lo podemos lograr!

Hasta mañana

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