Conversaciones con Neto Rivas

¡Buenos días! Hoy es el primer día del resto de mi vida

Ayer estrenamos nueva cara; y hoy amanecemos con novedades. A partir de este día verán ustedes un índice de las entradas diarias con enlace a cada una. Asimismo, después de cada entrada habrá un botón para regresar al principio de la página. De esta manera, trato de hacer la lectura del Blog más amigable y satisfacer así sugerencias de algunos lectores.


ÍNDICE

Filosofía. Pensamiento filosófico de la ética política
Editorial. El precedente Saca
Ex Presidente Flores mantiene presencia internacional
El Salvador, país de la felicidad
Y hablando de libertad de prensa


EL PENSAMIENTO DEL DÍA

“La guerra es la continuación de la política, por otros medios”.

Karl von Clausewitz (1780-1831) Soldado de Prusia, historiador militar e influyente teorizador militar.


LA ESQUINA DEL LUNES DE LA FILOSOFÍA

Continúo transcribiendo el excelente trabajo del Lic. Jaime Vargas Flores, “Pensamiento filosófico de la ética política”. Recomiendo sinceramente su lectura y les sugiero que lo compartan con sus amistades políticas. Porque enseña mucho.

ROUSSEAU

Rousseau no ve la sociedad como un instrumento necesario para la consecución de los fines personales, sino más bien como el obstáculo para la verdadera felicidad.

Este cambio de perspectiva respecto al racionalismo que representaba Spinoza sirve para acentuar la dicotomía individuo/sociedad. En este binomio, el polo valorado es el individuo en "estado natural".

Sin embargo, el pensamiento de Rousseau es complejo hasta el punto de reivindicar, al final de su argumentación, la sociedad como "segunda naturaleza".

En efecto, el ideal rousseauniano de naturaleza y libertad ha sido definitivamente truncado por la sociedad y las instituciones políticas, de modo que el objetivo que hay que plantear es la regeneración de la sociedad, de modo que pueda albergar una suerte de "nueva naturaleza". Este objetivo puede cumplirse mediante el pacto aceptado unánimemente de someterse a la voluntad general, como si el cuerpo social no fuese la reunión de muchos hombres, sino un sólo organismo.

Rousseau representa un intento de recuperar el sentido de la comunidad clásico. Pero, perdido definitivamente aquel sentido, el único modo de garantizar la coincidencia del interés general y el particular es la negación del individuo y sus fines personales. En Rousseau, la política absorbe a la ética, pero tras un complejo movimiento que ha mostrado que la felicidad está reñida con la sociedad y que no es posible una política inocente.

En El contrato social se parte de que la sociedad de su época se asienta en un sistema de desigualdad ("el hombre ha nacido libre y por todas partes le veo encadenado). Ningún ser humano es lo suficientemente fuerte como para dominar, a no ser que convierta la fuerza en derecho. Si hay esclavos por naturaleza – como decía Aristóteles – es porque antes ha habido esclavos a la fuerza. Por naturaleza, nadie tiene autoridad sobre nadie, la violencia no puede legitimar un derecho, por tanto, el derecho ha de estar fundado en un pacto. Este pacto se basa en que el orden establecido ha sido establecido por todos los individuos, de tal manera que éstos, al unirse a la colectividad, no obedezcan a ningún orden, sino sólo a sí mismos. A través de este pacto se alumbra una comunidad, esta comunidad, él la entiende como un sujeto de derecho político, tiene un yo común, una personalidad corporativa que es capaz de expresarse en la voluntad general.

Cuando Rousseau habla del contrato social se refiere a la unidad, pero cuando describe el origen de la desigualdad de los hombres se refiere al Estado.

La capacidad de decisión emana del pueblo, el cual es soberano. Esta soberanía es irrenunciable, indivisible e infalible, ya que en esta soberanía se ha objetivado la voluntad general.

La voluntad general es la voluntad que expresa la justicia, ésta puede estar representada por una minoría, no se la puede identificar con la voluntad de todos, de la mayoría, la cual puede estar al servicio de determinados intereses.

Mediante el contrato social, el individuo deja de ser tal y entra en el reino de la moralidad; es entonces cuando la voz del deber sucede a la del apetito; entrega su libertad para recuperarla en un contexto social legal, e incluso mediante este contrato quedan superadas las pequeñas desigualdades que pudieran existir en el estado natural. La sociedad civil es el contexto ideal donde el hombre puede realizarse; sin embargo, antes había dicho que la sociedad corrompe al hombre, lo cual es una contradicción, aunque contradicción más aparente que real, ya que cuando habla del contrato social, piensa en la pequeña comunidad social, en la politie, y no piensa en la sociedad contemporánea organizada en grandes masas sociales representadas por el Estado. Es en estas pequeñas colectividades donde es fácil identificar el interés privado y el interés común; sin embargo, esto, hoy por hoy, – y en el siglo XVIII – es prácticamente imposible; por tanto, tendremos que concluir que la teoría social de Rousseau es pura utopía, utopía que él mismo reconoce.

Frente a la sociedad contemporánea, Rousseau es pesimista, ya que en esta sociedad predomina la voluntad de todos y no la voluntad general. Pero, si la sociedad actual es insalvable, por lo menos salvemos al hombre; esta salvación del hombre Rousseau la encuentra en una vuelta a la naturaleza; el hombre deberá reencontrar su ideal para poder ser él mismo.

Próxima semana: Ética y política en Kant.

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COMENTANDO LAS NOTICIAS

EDITORIAL

EL PRECEDENTE SACA

Ha comenzado la campaña política y, como lo vimos durante la campaña anterior, el presidente de la República, deja de serlo y durante los fines de semana (hoy por hoy), se dedica al proselitismo, como presidente del COENA.

El señor presidente, ha determinado que él, sus diputados, sus ministros y otros funcionarios de gobierno, están por encima de la ley. Y eso es grave. Durante la última campaña escuchamos toda una gama de argumentos a favor de la nueva política de hacer política instituida por el Presidente Saca, que buscaba excusas para justificar la violación a las leyes.

El presidente dijo entonces en Sonsonate: “El Presidente Saca es un ciudadano común y corriente que tiene derechos políticos, y a mí nadie me quita ese derecho” (LPG 3 de marzo de 2004, página. 28). ¿Ni la ley, señor presidente?

Nadie está por encima de la ley, y a nadie debe denegarse su protección. El imperio de la ley empieza por casa. Pero en El Salvador, ese principio, sigue siendo esquivo. Los poderosos manipulan las leyes para reafirmar y conservar su poder, bajo el pretexto, inexplicable, que ellos “tienen derechos ciudadanos”. Aquí cabría agregar: “y ni la misma Constitución de la República, nos los puede negar”.

Lo dijo el jurista mexicano José Núñez Castañeda: “El estado de derecho es el imperio de la ley y su aplicación efectiva. Es un sistema conforme al cual todos somos iguales ante la ley y la norma jurídica obliga y es obedecida por el gobernado y el gobernante. En el estado de derecho la ley se aplica a todos, pero se aplica en sus términos. No se aplica conforme conviene a los intereses particulares de un grupo, por poderoso o respetable que sea”.

John Adams, quien con Thomas Jefferson, delineó la declaración de independencia de los Estados Unidos, escribió en 1776, en su “Consideraciones sobre el Gobierno”, “una república es un imperio de leyes, y no de hombres” (“. . . because the very definition of a republic is an empire of laws, and not of men.’". Dicho en pocas palabras, aquellos que hacen o hacen cumplir la ley, deben también adherirse a ella.

El Presidente Saca sentó en la campaña pasada un precedente peligroso. Desde entonces, los tribunales encargados de la aplicación de las leyes, la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Supremo Electoral, la Fiscalía General de la República, etc., no pueden objetar que funcionarios públicos hagan campaña política; si lo hacen, estarían confirmando que el primer mandatario y los funcionarios que lo acompañaron en la campaña pasada, están por encima de la ley.



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EX PRESIDENTE FLORES MANTIENE PRESENCIA INTERNACIONAL

Desde el viernes y durante todo el fin de semana, tuvo lugar en Halifax, Canadá, una reunión de políticos e intelectuales de derecha para hablar de la guerra, deterioro cultural y otras ideas prominentes.

La conferencia, que se reúne por onceava vez consecutiva, fue organizada y patrocinada por CIVITAS, un club para intelectuales con puntos de vista “conservadores, liberales y libertarios”- Este año participan, entre otros, el ex presidente Francisco Flores, Preston Manning el fundador del Partido Reformista (Reform Party) de Canadá y los ex primer ministros Conservadores (Tory) canadienses, Ralph Klein y Mike Harris, de Alberta y Ontario, respectivamente.
Daily News, de Halifax, el periódico que publicó la noticia, al referirse a la participación de Flores dice, “cuya cercana asociación con Estados Unidos le costó la presidencia de la OEA”. Así piensan los canadienses y muchos otros países miembros de la Organización.,

Los temas que se discutirán en la conferencia incluyen un vistazo a las estrategias para combatir la guerra contra el terrorismo y un panel sobre la constitución de movimientos conservadores pequeños.

Es importante reconocer que desde que dejó la presidencia, Flores ha sido recibido como miembro de un grupo escogido de oradores que son invitados a participar en foros políticos alrededor del mundo. Esto no ha sido por gusto. Cualquiera que haya sido su desempeño como presidente de la República, tenemos que reconocer que Francisco Flores ha sido, por mucho, el presidente más inteligente de la época contemporánea.

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EL SALVADOR, PAÍS DE LA FELICIDAD.

Esto tiene que verlo Rubén Rochi para la propaganda turística del país.

El Salvador, según la revista inglesa New Scientist, es el cuarto país más feliz del mundo, después de Nigeria, México y Venezuela (sic). Los países donde la gente es más triste son, Rusia, Armenia y Rumania.

Lo verdaderamente sorprendente es que los latinoamericanos somos más felices que los europeos. Según el estudio, los factores que más contribuyen a la felicidad de los pueblos son: matrimonio, el valor de las amistades, desear menos, hacer el bien, tener fe, no compararse con la apariencia de otros, ganar más dinero, envejecer dignamente y no preocuparse si no eres un genio.

Pero, si confundimos la alegría con la felicidad, es probable que el estudio refleje la realidad. No hay duda que los latinoamericanos somos más alegres, más pachangueros, más dados a la farándula, que aquellos de países fríos. Sobre todo en invierno cuando los días son lúgubres y la luz del día escasa.

Todo esto me recuerda el slogan del Presidente Arturo Armando Molina, cuando tuvo lugar en San Salvador el concurso de Miss Universo, “El Salador, País de la Sonrisa”.

El estudio no es nuevo, pero, según la revista, los resultados han sido consistentes.

Al grano. Les pido a mis gentiles lectores y lectoras, que me proporcionen un listado sobre lo que hace a los salvadoreños tan felices. Pero, en serio, por favor.

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Y HABLANDO DE LIBERTAD DE PRENSA

A propósito de lo que escribí al respecto el pasado 3 de mayo, recomiendo la lectura del editorial del 4 de mayo del Heraldo de Tegucigalpa, precisamente sobre el tema.

El siguiente párrafo me llamó la atención:

“Muchos gobiernos, incluyendo el de Honduras, utilizan los recursos públicos destinados a la publicidad como un mecanismo para premiar a los medios de comunicación que se alinean con la postura oficial o para castigar a aquellos que optan por mantener su independencia. O sea, la publicidad que se paga con fondos del pueblo se distribuye entre los medios “amigos” del gobierno y a los independientes simplemente no se les da nada”.

Curioso que aquí el Día de la Libertad de Prensa pasó desapercibido, opacado talvez por las celebraciones del Día de la Cruz.

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Hasta mañana, si Dios quiere